2. Quien puede internacionalizarse


La crisis económica ha extendido la idea de que todas las empresas, ya sean grandes o pequeñas deben internacionalizarse. Se ha generalizado esta idea sin tener en cuenta que tal vez no todas las empresas estén capacitadas para embarcarse en la aventura que supone la internacionalización.
Realizar un análisis previo de la situación en la que se encuentra la empresa y  establecer un diagnostico del potencial de internacionalización, es de suma importancia. Este análisis pretende  revelar si la empresa dispone de los recursos adecuados para operar en mercados internacionales y en caso contrario, las necesidades que debe suplir antes de embarcarse en este proyecto y de esta forma evitará errores que pueden menoscabarla situación de la empresa tanto en el nuevo mercado como en el mercado nacional, además de su imagen de marca.





Principales consecuencias de embarcarse un proyecto de internacionalización sin estar preparado para ello:
>  Aumento del número de impagados al no tomarse las precauciones pertinentes para asegurarse el cobro de la mercancía exportada.
>  Ingresos inferiores a los previstos debido a la existencia de gastos que no se habían advertido con anterioridad.
> Retrasos en la entrega de la mercancía por deficiencias en la contratación del transporte.
>  Rechazo por parte del cliente de la mercancía vendida por incumplimiento de requisitos técnicos.
Si la empresa no dispone de los recursos financieros y el equipo humano necesarios para poder afrontar con garantía la actividad exportadora, no habrá más remedio que aplazar o descartar la internacionalización. La búsqueda y desarrollo de nuevos mercados implica inversión de tiempo y coste económico que no suele generar resultados en el  corto plazo.

Una de las consecuencias de la internacionalización es el aumento de costes indirectos como consecuencia de la necesidad de crear, arrendar o compartir una estructura comercial en el nuevo mercado. Por ello disponer de los recursos suficientes para adaptar las operaciones y “sufrir” la habitual perdida de rentabilidad temporal es de vital importancia.

El sector también influye en la decisión de internacionalizarse, no es lo mismo vender servicios como arquitectura o software que productos manufacturados.




A pesar de que el tamaño de la empresa también es un factor a tener en cuenta, existen numerosas empresas de tamaño reducido que gracias a ser intensivas en know how, llevar a cabo actividades de gran valor añadido y contar con los recursos necesarios han sido capaces de introducirse con éxito en los mercados internacionales, o incluso microempresas que tienen la flexibilidad como ventaja competitiva.